
El aluminio tiene una apariencia excelente y es resistente a la corrosión por naturaleza. Sin embargo, para potenciar algunas de sus propiedades y mejorar la protección contra la corrosión, utilizamos varios tipos de tratamiento de superficie. Con determinados métodos, se puede influir en las siguientes propiedades:
Cuando hablamos del tratamiento de una superficie de aluminio, hablamos sobre todo de lacado y anodizado. El anodizado sella y protege el aluminio extruido. El lacado ofrece una selección ilimitada de colores y en diversos brillos, con una excelente consistencia de color.
El tratamiento de superficies puede incluir también el gofrado, el esmerilado, el pulido, el secado, la envoltura y la impresión.
Al anodizar tus extrusiones de aluminio obtendrás una superficie que repele la suciedad y mejora la resistencia a la corrosión, lo cual te proporcionará una superficie con revestimiento aislado eléctricamente y preservará el acabado del metal. Y además, es una superficie muy agradable al tacto.
En nuestra investigación y desarrollo damos siempre prioridad al tratamiento de superficie, lo cual incluye el acabado mecánico. El proceso consta de: