Una pequeña revolución en la producción de aluminio
Kati Tschöpe-Ludwig es una de las investigadoras responsables de la tecnología de producción de aluminio más sostenible del mundo, que fue desarrollada en la punta del fiordo más extenso de Noruega y ahora está siendo sometida a pruebas exhaustivas en la nueva planta piloto de Hydro, en Karmøy.
Un escaso conocimiento del inglés, un fuerte deseo de aprender y la ayuda de un buen profesor de la Universidad de Ciencias y Tecnología de Noruega: todos estos factores hicieron que una joven estudiante de ingeniería de Frieberg (este de Alemania) se marchara a Trondheim (Noruega).
Uno de los cerebros responsables de la planta de aluminio más sostenible del mundo
Tras una tesis, una licenciatura y varios años de intensa investigación, Kati se ha convertido en una de las figuras responsables de la planta de producción de aluminio más sostenible del mundo. Kati dedica la mayor parte de su tiempo a investigar cómo lograr tecnologías más verdes en el centro de investigación de Hydro en Øvre Årdal.
Su marido, que también es alemán, se trasladó recientemente a Sunndal para mejorar la tecnología de fundición de esta planta de aluminio, lo cual deja a Kati más tiempo libre para experimentar con cultivos orientados al futuro en el nuevo hogar de la pareja en Årdalstangen.
El motivo inicial que llevó a esta joven estudiante de ingeniería a Noruega fue su gran interés en el revestimiento de celdas electrolíticas. Kati profundizó en todos los aspectos este revestimiento: desde la superficie del bloque catódico, que determina la vida de las celdas electrolíticas en las que el óxido de aluminio a gran temperatura se convierte en aluminio, hasta el aislamiento del fondo que retiene el calor dentro de la celda.
Una gran conexión entre la investigación y la producción de aluminio
Kati descubrió que el camino que va de la teoría a la solución final no siempre es el más corto. Pero en Årdal, al menos, la distancia entre investigación y producción no es más que un paseo de unos pocos minutos. Aquí, investigadores y operarios hablan unos con otros y se lanzan retos continuamente. Los investigadores dependen de las opiniones que reciben del personal de producción; esta cooperación es vital para dar pequeños y grandes pasos.
La labor de investigación consiste a menudo en sacar más partido a una tecnología ya madura, y con frecuencia hay que dar muchos pasos pequeños para alcanzar un objetivo determinado. Pero otras veces consiste en lograr hitos tecnológicos o grandes innovaciones: esta ha sido la experiencia de Kati en su tarea de desarrollar la nueva planta piloto de Karmøy.
«Hemos logrado un ahorro energético muy considerable, que es el resultado de muchas mejoras tecnológicas. Pero los buenos resultados no solo proceden de avances en la investigación y la tecnología; contar con especialistas bien preparados es vital en todas las fases. A nadie se le ocurriría poner a un conductor novato al volante de un Ferrari», nos dice la investigadora.
Cooperación entre compañeros bien cualificados
Kati se enfrentó a uno de sus mayores retos cuando fue necesario modificar varios detalles importantes en plenas obras de la planta piloto de Rogaland. En el peor de los casos, había el riesgo de sufrir retrasos en un proyecto de muchos millones de coronas. Así que el nivel de estrés era considerable, pero se resolvieron todos los problemas gracias a la cooperación entre compañeros bien cualificados.
Kati se describe a sí misma como una «nerd» en lo que respecta a los cátodos, pero ni siquiera una «nerd» podría haber llegado tan lejos sin entender bien lo que ocurre a su alrededor. De ahí la importancia de la cooperación con los compañeros de investigación y con el equipo encargado de hacer pruebas prácticas con la tecnología. Y de ahí que los retos que le plantean sus compañeros sean una fuente de inspiración tan importante.
El futuro pertenece a quienes crean verdadero valor.
Somos aluminio.